1.1 Oferta
El gráfico 1 muestra el declive de los nuevos descubrimientos de petróleo
convencional en un contexto de aumento del consumo. La curva de nuevos
descubrimientos alcanzó su techo en 1964, tal como muestra el gráfico, y ahora tiene
una caída tendencial de alrededor del 5% al año. Desde finales de la década de los 70
(periodo en el que se descubrió el petróleo del Mar del Norte y los yacimientos
supergigantescos (más de 2.000 Mb) de la bahía de Prudoe en Alaska y el Cantarell
en Méjico) no se han descubierto yacimientos de este tipo y los gigantescos hallados
tienden a cero. Cuando el petróleo nuevo decrece y el consumo aumenta, se llega a
una situación en la que el primero no puede ya satisfacer la demanda, por lo que hay
que utilizar cantidades crecientes de petróleo antiguo y las reservas disminuyen,
siendo este proceso el principio del agotamiento. Este fenómeno se inició en 1981 y el
desfase entre petróleo descubierto cada año y el consumo no deja de crecer y ello
supone que dependemos de forma creciente de los yacimientos supergigantescos que
vienen siendo explotados desde hace décadas.
Gráfico 1: La brecha creciente
Fuente: ASPO Newsletter, 2009 abril
Dependemos del petróleo de los yacimientos gigantescos que se descubrieron hace
más de 50 años. El 70% del petróleo proviene de yacimientos de más de 30 años.
Según un estudio del USGS (servicio geológico de EE UU) de 2007, los 20
yacimientos más grandes aportaban el 27% de la oferta mundial y tenían una vida
media de 50 años. De ellos, 4 se encontraban en el techo y el resto en diferentes
fases postecho (con ritmos de extracción entre el 85% del techo y menos del 50%). 14
de ellos bombean cada uno por encima de 0,5 Mb/d, satisfacen el 20% de la demanda
y tienen una edad media de 55 años. Unos 110 yacimientos con una capacidad de
bombeo superior a 100.000 b/d cada uno suministran el 50% del petróleo. Mientras
que 70.000 yacimientos completaban la otra mitad de la oferta. Ello indica que los
yacimientos nuevos son cada vez más pequeños y una característica de los mismos
es que se agotan rápidamente (Figenschou y Simmons, 2008).
Por otro lado y según el informe de la AIE World Energy Outlook 2008, el ritmo de
agotamiento se incrementa a medida que se va avanzando en las fases de declive de
los yacimientos. La tabla 2 muestra los ritmos de agotamiento en las fases 1 y 2
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