suena el día, y el aire no se lleva.
los zumbidos no dejan de crecer.
las decisiones se vuelven imposibles.
la información no deja de correr
tenemos cuerpos y almas desnudos, abiertos
la locura
nos sube por los pies
no siempre redentora
no siempre profética
no siempre alentadora
sin embargo
cuando el emperador está desnudo y la gente lo sabe
¿aún quiere demostrar su desnudez?
Entonces la locura
no siempre poética, no siempre
detentadora de derechos más altos
hace que hasta el emperador y sus secuaces estén hartos
diciéndose a sí mismos:
alto, Houston,
tenemos un problema
que no sólo nosotros podemos resolver.
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Es difícil de contar, pero no imposible
el cuento del emperador, del gran pez.
Ya lo dijo un poeta:
ligeros, como los hijos de la mar
alegres
como harina de otro costal
dispuestos,
como peces que saben que si el agua está contaminada
no se pueden curar
pero tampoco se puede curar el agua
si es el pez
quien no nada
feliz como simple mortal esperanzado, esperanzada.
******** ¿Vacaciones? ¡Vaya crisis y qué sol!
La gente buena
siempre sabe lo que sueña. *******************
Fin de esta entrada.