martes, 31 de agosto de 2010

TRISTES GUERRAS -ARTÍCULO-

TRISTES, TRISTES GUERRAS
Sobre la Conferencia "Presentación del estudio ANÁLISIS SOCIO‐ECONÓMICO DEL PROYECTO DE REFINERÍA BALBOA” del profesor Roberto Bermejo Gómez de Segura, en VILLAFRANCA DE LOS BARROS, el pasado viernes, 9 de julio 2010
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I. INTRODUCCIÓN ¿Qué fue lo primero que dijo? Contó lo siguiente:
Que ya en el año 2005, llegando de la Universidad de Huelva atraído por la invitación de PCRN a dar una primera conferencia o charla coloquio informativa, había encontrado el mismo profesor Roberto Bermejo en Villafranca de los Barros un salón “lleno hasta la bandera” 1.
Contó que habló ya en aquella ocasión de un tema de gran interés y actualidad, a mi modo de ver: explicar la información que conocía y manejaba en aquel momento sobre la previsión de variaciones en el precio del petróleo y sus derivados (gasolina, gasoil, etc.), añadiendo como reflexión personal ya entonces, ante el muy interesado e interesante público, que estas variaciones, precisamente, podían estar siendo ya o podían llegar a convertirse en “palanca de cambio” definitiva hacia una muy deseable “sostenibilidad”.
Sostenibilidad, supuse yo, tanto medioambiental (conservación de la naturaleza que aún existe) como económica (evitación de crisis económicas que atenten duramente contra la economía doméstica o familiar de la base social humana en cualquier país).
¿Cuál es el estado objetivo de esa actualidad, que él analiza y que los medios de comunicación, en general, no recogen ni difunden todavía? Se refleja en un dato muy simple que relató a continuación: en los países que forman la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico) se está produciendo desde hace cierto tiempo un continuo cierre, reventa o liquidación de refinerías de petróleo, que “sobran en general”.
Así inició la que iba a ser ya su tercera conferencia en la comarca de los Barros. Ante el mismo salón repleto que ya le escuchara cinco años atrás. Fue el pasado viernes, 9 de julio de 2010, y así tomó la palabra y así, por emplear una metáfora cualquiera, tomó al toro por los cuernos esa tarde el catedrático de economía de la Universidad de Bilbao Roberto Bermejo Gómez de Segura. Llegado en esta ocasión hasta la solariega villa de los Barros, por avión hasta Sevilla, y desde allá traído en coche por gente de la PCRN. Un hombre enjuto y fuerte y casi anciano; una personalidad marcada; un carácter que, por imaginar, imaginaríamos de personaje barojiano. Llegado, como cinco años atrás, a un enclave amenazado aún cinco años después de aquella primera conferencia casi iniciática por el mismo monstruooscuro que entonces amenazaba... Pues nada en firme todavía, incumpliendo sus propios plazos, y seguramente el respeto debido a su propia ciudadanía, han declarado hasta fecha de hoy de modo concluyente, en forma de Declaración de Impacto Ambiental (DIA) sobre el Proyecto de instalación de una Refinería de petróleo de la empresa Balboa (propiedad del industrial Gallardo) las autoridades u órganos competentes (¿competentes?... cabría dudarlo) del Ministerio de Medio Ambiente del estado español, la Junta de Extremadura o la administración local.
O en cualquier otra forma.
Han sido, todos lo sabemos, para esta comarca y para toda la comunidad extremeña cinco años de intensas movilizaciones sociales acalladas y de duro debate político y medioambiental silenciado en torno a esa, a nuestro modo de ver, incoherente iniciativa conjunta del industrial Gallardo, del gobierno autonómico extremeño y de la administración local, iniciativa secundada y apoyada a menudo a lo largo de estos años por los partidos políticos y los sindicatos mayoritarios a nivel estatal y autonómico (PSOE, PP, UGT, CCOO, etc.) rechazada expresamente sólo y siempre con la misma coherencia por fuerzas sociales surgidas precisamente para impedir la realización de éste y de otros proyectos similares, aunque de menor envergadura, como los de promover un cinturón de centrales térmicas en torno a Mérida capital (industrias de generación de electricidad que serían abastecidas, como la propia Refinería en proyecto, con el agua del pequeño embalse de Alange).
Refinería y térmicas rechazadas también siempre y expresamente rechazadas ya por partidos o formaciones políticas minoritarios como, ante todo y sobre todo, por esas nuevas fuerzas sociales emergentes a raíz de las poderosas amenazas medioambientales y económicas que se han hecho pesar sobre esta activa y relativamente próspera comarca.
Fuerzas, pues, como las de la propia plataforma ciudadana Refinería No, los Jóvenes de Refinería No, las diferentes plataformas ciudadanas en contra de las Térmicas, la novedosa formación política Agrupación de Electores de Villafranca de los Barros, que ha concurrido una vez ya a elecciones locales, ganando parte de los asientos de los ediles a los grandes partidos políticos locales con la particularidad de no constituir un nuevo partido al uso, sino de conformarse, como permite también la actual Constitución española, usando la fórmula, acaso más democrática, de una agrupación de electores.
Rechazo y actividad en contra también, entre fuerzas políticas minoritarias, por parte de Izquierda Unida (IU, partido que ha tenido y perdido alguna muy escasa representación en la Asamblea o parlamento de Extremadura), por la totalidad de Los Verdes de Extremadura (LV, partido no convencional que nunca ha ostentando esa capacidad de atraer votos) o por los fragmentados pero a menudo importantes sindicatos anarquistas.
Personas que forman o formaban parte de todas esas “fuerzas” se hallaban allí este mes de julio, entre la concurrencia. “Fuerzas”, en cursivas y entre comillas, pues, que ante el otro poder ‐ el de los grandes grupos económicos e industriales, los grandes partidos, los grandes creadores de opinión, los grandes propietarios, los grandes...etc.‐, son casi las de un pastor de ovejas ante los ejércitos y los acólitos de un consolidado rey gigante. Como tantas veces se ha dicho desde hace cinco años, se trata aquí, no nos engañemos, de algo así como de David contra Goliat, con la diferencia de muchas décadas, siglos y aún milenios desde aquella sencilla narración al mundo complejo que nos rodea en la actualidad. Y sobre este mundo complejo, que a menudo parece tan oscuro y terrible:
“El mundo que yo analizo ya no existe”, continuó la conferencia, ganándose con esa sola frase a los pocos minutos de su Presentación del estudio “ANÁLISIS SOCIO‐ ECONÓMICO DEL PROYECTO DE REFINERÍA BALBOA” , no ya también mi atención e interés previo, que ya los tenía, así como los del resto de la concurrencia, sino también mi concreto y completo aplauso y admiración ante tal capacidad de análisis y síntesis. Por solo esa frase ya estaría yo aquí, intentando pergeñar de una vez estas líneas.
¿Ya no existe el mundo creado y definido por el auge de la llamada economía del petróleo (tan unida a la llamada economía del cemento, a la de los productos financieros de riesgo, a la de la especulación en general...)?
Se trataba de una afirmación arriesgada, proveniente precisamente de un analista habitual de un mundo, el de las relaciones económicas del ser humano en la actualidad, que tanto y al mismo tiempo tan poco se presta a este tipo de afirmaciones arriesgadas y, por así decir, valientes.
Volveré a centrarme, después de tantas digresiones, en las líneas en que resumí la conferencia:
Hablando de crudo petrolífero (petróleo, para entendernos), los países exportadores (es decir, los que lo producen y venden a otros países) son a su vez los mayores consumidores.Es decir, esta materia prima mineral se emplea en su mayor parte, no en otros países, que consumimos la parte menor objeto de exportación, sino en los mismos que son sus lugares de origen.¿Y para qué se usa en la actualidad esa parte mayor del petróleo que aún existe? Se emplea como combustible para alimentar las industrias petroquímicas que se sitúan en dichos países productores de petróleo, así como para la extracción y procesado de una roca llamada bauxita, resultando de todo ello otro elemento, además del propio petróleo, de gran importancia a nivel internacional: el aluminio, el mismo aluminio que todos conocemos en la carpintería de las casas, en el menaje doméstico, en la industria de carrocerías, etc.
Y volveré a establecer una larga digresión, pues a estas alturas mi ignorancia ya clama por saber más. Llegué releyendo la conferencia a consultar posteriormente una “Guía de minerales y rocas” (Mondadori‐Grijalbo), informándome de ser ésta una roca compuesta de hidróxido de aluminio y otras sustancias que contienen aluminio; para su uso, se procede en primer lugar a la extracción metalúrgica del aluminio contenido en la roca, así como a la preparación del corindón sintético (Al2O3) y de los refractarios alumínicos. La roca es sometida en esta alquimia a un “previo ataque electrolítico en baño de criolita”.
Y así, los países donde se extrae el petróleo son también los países donde existen estos focos metalúrgicos y esos impresionantes polos industriales de la “gran petroquímica”... Industrias que enriquecen a algunos, industrias que mueven el mundo, industrias altamente contaminantes.
Días de hoy, días de todos, en que, exangües o en vías de estarlo ya las minas de antaño de metales de larguísima historia, como el mismísimo hierro (del que salía también el acero) y otros, es el aluminio uno de los metales, abundante en la faz del planeta todavía, objeto de mayor transacción comercial. Y el petróleo, sin el cual, aparentemente, nada se movería de aviones, de mercancías, de máquinas y vehículos... De él... ¿existirá aún mucho todavía?
Afirma en la ficha 88 dicha “Guía de minerales y rocas” que es la bauxita una materia prima abundante, ya lo he dicho, y que se encuentra en grandes depósitos en los siguientes países: Surinam, Jamaica, Ghana, Indonesia, URSS (esto da pie a pensar que la guía no se actualiza, al menos, desde la caída del tan traído y llevado muro de Berlín en 1989, pues menciona todavía esa extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas encabezadas por la hoy llamada, como en tiempos de los zares, Rusia).
Añado, volviendo de la Guía hacia mis notas, volviendo de esta nueva digresión sobre el aluminio hacia el oro negro, esa viscosa y aceitosa sustancia llamada petróleo, del que tanto se usa tanto, ya para transporte de mercancías y personas, para suplir la fuerza humana o animal y aumentarla enormemente a través de su combustión en motores y calderas que desprenden humos y convierten el calor de esos fuegos internos en energía, ya como materia prima y motor de otras fabricaciones, de productos que, genéricamente, solemos llamar plásticos.

II. Y DE AQUELLOS POLVOS VIENEN ESTOS LODOS...
Cosas todas que, dándolas por conocidas y que él, seguramente, explicaría con mucha mayor propiedad y detalle, se ahorró decir el conferenciante. Lo que sí dijo a continuación fue lo siguiente: en la OCDE el consumo de petróleo ya no aumenta, sino que está disminuyendo. Imaginemos una línea gráfica que recoge con puntos, en un sencillo eje de abcisas y coordenadas cartesianas, las cantidades de petróleo que se han ido extrayendo, desde que empezó esa actividad hasta la actualidad, año a año de las profundas simas en que se acumula, bajo capas de tierra y rocas y aún bajo los océanos y mares, este pringoso material del que huye, como del mismo fuego, cuanta forma de vida existe en nuestro planeta, excepto nosotros mismos. Pongamos crucecitas en esos puntos, unámoslos con una línea, y veamos qué forma tiene: parece una campana, señalando el punto más alto de la curva el momento y la cantidad de mayor extracción de petróleo. ¿Qué año señala?: Mil novecientos setenta (1970). ¿Y en el Dos mil diez (2010), el año en curso, cuánto petróleo se extrae? La mitad.
Y así, resulta que en la actualidad los gobernantes de lugares y países altamente industrializados, (industrias que dependen del petróleo, como materia prima, industrias y economías que dependen del petróleo y sus derivados, incluso de sus imitaciones, para combustible de vehículos, maquinarias, calderas, calefacciones, etc.), hablan ya cada vez más francamente, aunque a algunos de nosotros no nos lleguen ni los ecos de esos discursos, de esas conversaciones, de esas negociaciones, de lo siguiente: existe lo que ellos llaman una “crisis energética”, es decir, una crisis provocada por la menor disponibilidad de una fuente de energía: el petróleo.
¿Y lo de la burbuja inmobiliaria? ¿Qué razones tuvo, además de las más o menos comprensibles suyas propias, el sistema financiero para colapsar, como se nos ha contado en los medios de comunicación que ha colapsado recientemente? Respuesta: la subida de los precios de ese aceite pringoso y negro llamado en inglés simplemente con tres letras: oil, la petra oleum (piedra aceitosa, o aceite de roca) de los viejos latinos. Subida desde 1999, pico de precios en 2005‐2008... Continuó el conferenciante exponiendo sus gráficas. En un burdo resumen:
Hay menos oil, menos petróleo, por tanto los precios suben, por tanto el sistema financiero basado en la arriesgada especulación sobre la actividad industrial y de trasporte y distribución de mercancías actual... colapsa.

III. REACCIONES
La AIE (Agencia Internacional de Energía creada en 1974 por la OCDE) tiene en la actualidad a sus máximos representantes, continuó contando el conferenciante, en una “peregrinación continua”. ¿A donde peregrinan? A entrevistarse con las máximas jerarquías. Por ejemplo, van a visitar a quienes gobiernan la Unión Europea. ¿Y qué hace la Unión Europea en respuesta a esa “crisis energética”? Achaca al cambio climático y a la defensa del medio ambiente su proyecto de “descarbonizar” (aludiendo al carbono, el mismo elemento que existe en el carbón, existe también y es fundamental en la constitución química del petróleo) la energía. Promulga una Directiva 20/20/20 en la que afirma que va a conseguir sustituir la combustión de materias como el carbón, el petróleo, el gas, y otras llenas de carbono por otras fuentes de energía, las llamadas “energías renovables”, estableciendo para ello unos plazos y una progresión creciente de “energías renovables” en vez de esas otras fuentes de energía. Propone usar ahora el agua, la soja, la electricidad.... Pero... ¿qué se haría con los empleados actuales a nivel mundial en el sector económico del refino de petróleo? Se prevé una política de prejubilaciones para el año 2020...
Esas son las respuestas. Hoy ya existe una sobrecapacidad (un exceso de capacidad en recursos humanos, técnicos, etc.) para la cantidad de petróleo que se refina, convirtiéndolo en derivados como gasolina, diésel, etc. En otras palabras, no hay más cera que la que arde, e incluso, parafraseando el viejo dicho, hay menos de la que querrían que ardiera o menos de la que podrían hacer arder.
El anterior presidente de Estados Unidos (que por parientes y amigos se relacionó siempre con el sector petrolero, se enriqueció y se encaramó al poder por dichos contactos), el famosísimo George Bush, promotor de tantas guerras y artífice, con sus seguidores, de la lucha contra el llamado terrorismo internacional, propuso durante su mandato crear más refinerías. Ninguna empresa, ni su buena amiga la Exxon quiso. Lo que sí hizo fue ampliar las que había, modernizarlas, producir los derivados más interesantes para ellos, etc.
Menos petróleo, por tanto menos plantas de refino, menos refinerías, pero más importantes, por así decir.
Pero con un problema. Y es que el petróleo que se extrae en la actualidad, lógicamente, como ya es en muchos casos el del fondo de los depósitos subterráneos donde millones de años atrás se acumuló la masa vegetal de una era geológica muy lejana, carbonizándose, es cada vez menos aceite y más alpechín, por emplear una metáfora olivarera. Menos ligero, más pesado. Por tanto, es una industria de transformación cada vez más sucia y difícil, pues el petróleo que se extrae de los profundísimos pozos es menos rico en los elementos volátiles o gaseosos y en los elementos líquidos que a ellos, del petróleo, más les interesan: hay menos gas propano, y la viscosidad de la masa a refinar es cada vez mayor.
Siendo el petróleo algo así como un cochino, y nos disculpen esos lindos seres vivos la poco original comparación, diríamos que el jamón jamón, lo que más caro se vende, son sus gases (propano, butano, etano, etc.), su nafta, que se emplea en la industria química, luego sus gasolinas, sus diéseles y querosenos, lubricantes, ceras, aceites, sus fuel‐oils... cosas todas de diferentes precios e intereses que valen para la automoción de aviones, coches, máquinas, barcos, trenes, así como para las calderas de las calefacciones más sucias, aunque relativamente baratas... Y queda por último un residuo pesado, que también, naturalmente, se vende, como sabemos todos, incluso a gran escala: de él se obtiene el asfalto que se emplea para afirmar las carreteras, y también materiales de construcción, como los aislantes bituminosos, las telas asfálticas, etc.... Con petróleos ligeros, con esos petróleos que casi ya no existen, los residuos asfálticos pesados eran sólo un 5% por cantidad de petróleo procesado industrialmente. Con los pesados, más del 28%... Y allí, en el salón de Villafranca de los Barros, vi más clara que nunca la relación entre el mundo que veo cuando salgo a la calle y cuando uso mi coche, el mundo que mi imaginación me dice que podría haber existido sin tanto coche, sin tanto aluminio y sin tanto asfalto, y el mundo ése oscuro e incomprensible de los grandes negocios....
Y siguió contando el conferenciante, de modo mucho más claro de lo que hasta ahora les haya sido yo capaz de trasmitir, que hoy en día se vive , vivimos todos, el resultado de la escalada de precios del crudo petrolífero, de la escalada de precios de los metales. Hoy en día, nos cuenta, lo que quieren las compañías, las grandes empresas que son sus propietarias, no es crear más refinerías, sino vender las que ya tienen. Se venden, a fecha de hoy, por cantidades como mil millones de euros...
Y fue ése el momento, la coyuntura histórica elegida por el industrial chatarrero extremeño, y por los gobernantes que son sus amigos, parientes y apoyos (será una sociedad de socorros mutuos, seguramente), para sacar a principios de la década que ahora acaba su nuevo gran proyecto industrial, el mismo que, según se ha dicho a la opinión pública extremeña, nos permitiría o seguir creciendo en el futuro (esto antes de la crisis) o superar la crisis (esto después, y cada vez se les oye menos, hablan más bajito, o no hablan, no convocan ruedas de prensa ni crean nuevas noticias para que les leamos en el Hoy o en el Extremadura... Por algo será su musitar, su asombroso actual silencio....)

IV. CONCLUSIÓN
Disculpen que no se lo supiera contar mejor. Disculpen que no me haya quedado más que con otra frase. Una única frase de las varias con las que cerró su faena el conferenciante, y yo, si aquello fuera un ruedo, habría gritado con gusto “ole”, y también que cortara, ya que carne no había en el salón más que humana, lo que a él le diera la gana. Véanla ustedes, y juzguen ustedes mismos. ¿Qué es España, qué es este estado de las autonomías en que vivimos nosotros? Lo resumió en una frase: “un país de excesos, y un país con la peor educación de toda Europa”.
Por algo será, me dije pues a mí misma. Por algo será, pues para algo sirve que así sea.
Tristes guerras, si no es amor la empresa. (Miguel Hernández)

FIN - en Herreruela, agosto 2010.

1 NOTA BENE: en lo que sigue LAS COMILLAS CON TEXTO “NORMAL” RECOGEN CITAS LITERALES TOMADAS IN SITU DE LA CONFERENCIA DEL PROFESOR. En cambio, LAS COMILLAS CON texto en “CURSIVAS” SÓLO TIENEN UN SENTIDO EXPRESIVO O ENFÁTICO, DENOTAN MI PROPIO INTERÉS, ASOMBRO, INCOMPRENSIÓN, ETC.

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